El concepto de liderazgo,
usualmente, se ha identificado como un sinónimo de gerencia en el cual los
procesos, estructura, funciones y las formas indirectas de comunicación son
esenciales (Zaleznik, 1989). Se obvia el factor humano, buscando condicionar respuestas
y resultados. Sergiovanni (1992) postula que las definiciones que se han
elaborado relacionadas con el liderazgo se centralizan en el aspecto de las
relaciones interpersonales o en la forma en la cual el líder puede combinar su
estilo de acuerdo con las necesidades de sus subordinados. El énfasis es hacer
las cosas bien olvidando hacer cosas correctas (Bennis, 1985). Esto crea una
tendencia hacia la mediocridad y hacia el esfuerzo mínimo. Se responde
básicamente al esquema teórico: líder/seguidor, lo cual carece del elemento
íntimo de la visión e interpretación de todo lo que incide en el ser humano.
Etzioni (1988) lo denomina moralidad, emoción, lazos sociales que redundan en un liderazgo fundamentado en la moral. Más allá de factores externos, está la chispa interna que motiva al individuo a realizar lo correcto. En su modelo de Liderazgo, Sergiovanni (1992) establece tres componentes esenciales para determinar qué es lo correcto: manos del liderazgo "hands" se refiere a la conducta que es adecuada y lógica de acuerdo con la circunstancia que se considere; corazón del liderazgo "heart" responde a las creencias, valores, expectativas y compromiso que constituyen su visión personal, ya que su mundo interior es la base para la realidad, y cabeza del liderazgo "head" se refiere a las teorías que desarrolla el líder a través del tiempo y la habilidad para combinar este conocimiento con la experiencia estableciendo su visión de cómo opera la realidad. Los tres componentes anteriormente descritos se tienen que materializar para que la ejecución del líder responda y reafirme sus convicciones. Además, Sergiovanni (1992) establece que la relación de estos componentes se produce desde el corazón a la cabeza, a la mano y nuevamente ésta incide en los componentes anteriores. De esta forma, existe una reflexión continua sobre los individuos y sobre el ambiente que rodean al líder.
Etzioni (1988) lo denomina moralidad, emoción, lazos sociales que redundan en un liderazgo fundamentado en la moral. Más allá de factores externos, está la chispa interna que motiva al individuo a realizar lo correcto. En su modelo de Liderazgo, Sergiovanni (1992) establece tres componentes esenciales para determinar qué es lo correcto: manos del liderazgo "hands" se refiere a la conducta que es adecuada y lógica de acuerdo con la circunstancia que se considere; corazón del liderazgo "heart" responde a las creencias, valores, expectativas y compromiso que constituyen su visión personal, ya que su mundo interior es la base para la realidad, y cabeza del liderazgo "head" se refiere a las teorías que desarrolla el líder a través del tiempo y la habilidad para combinar este conocimiento con la experiencia estableciendo su visión de cómo opera la realidad. Los tres componentes anteriormente descritos se tienen que materializar para que la ejecución del líder responda y reafirme sus convicciones. Además, Sergiovanni (1992) establece que la relación de estos componentes se produce desde el corazón a la cabeza, a la mano y nuevamente ésta incide en los componentes anteriores. De esta forma, existe una reflexión continua sobre los individuos y sobre el ambiente que rodean al líder.
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